- Actividades Guerreras
Las armas de guerra
en las sociedades salvajes y bárbaras son generalmente los mismos instrumentos
de cacería utilizado sin modificaciones o complementados con algunas innovaciones
de adaptación. Primero en la guerra con los animales, contienda defensiva para
preservar la vida y lucha ofensiva para sustentar la existencia humana. Las
armas que el hombre inventa en esta lucha que sistematizada se le llama cacería,
le sirven luego en combate con los demás hombres. Originariamente los inventos
de cacería y guerra se enlazan sobre el fondo de sangre de su dramatismo.
Los chibchas utilizaban
en sus guerras grandes macanas, lanzas y cachiporras de madera, y hondas para
lanzar guijarros. Su arma principal era la tiradera o estólica que son ciertos
dardillos de varilla liviana a manera de carrizos con puntas de macana.
Cuando en las actividades
guerreras lograban cautivar niños pertenecientes a las tribus enemigas los destinaban
para ser sacrificados al sol y los mantenían entre tanto en casas especiales
donde recibían buen trato y comida esmerada. El sacrificio tenia lugar en las
altas cumbres que miraban hacia el este. Los Jeques conducían ceremonialmente
a la criatura y la colocaban en el suelo sobre una manta fina. Con cuchillas
de caña degollaban al niño y recogían su sangre en totumas para untar con ellas
las piedras donde caían los primeros rayos solares del amanecer. El cuerpo de
la víctima recibía sepultura en una cueva o era dejado expuesto al sol tropical
para que los rayos lo achicharraran devorándolo. Este sacrificio macabro tenia
por objeto desenfadar al sol.
Igualmente los
caciques hacían sacrificios humanos, con flechas, los cuales se llevaban a cabo
en las entradas de sus casas y posteriormente llevada su cadáver y sangre a
los cerros más altos, donde teñían las piedras con sangre y enterraban la víctima
de cara al sol.
- Instrumentos Musicales
En las batallas y
en las fiestas usaban los chibchas instrumentos de música, algunos como especie
de dulzainas, hechas de arcilla cosida.
Org. Politico - Social
A la llegada de
los españoles en el territorio muisca existían 5 federaciones independientes,
formadas por 25 tribus:
- La confederación de Bacatá o Bogotá: Era la más extensa, a ella pertenecían unas 20 tribus las cuales gobernaba el zipa; comprendía gran parte del departamento de Cundinamarca.
- La confederación de Hunza o Tunja: abarca algunas zonas de clima frío al norte de Cundinamarca y gran parte de Boyacá. El Zaque la gobernaba.
- La confederación de Tundama o Duitama, compuesta por pocas tribus
- La confederación de Sogamoso o Iraca: de escasa extensión territorial. Allí residía el sacerdote más importante, dedicado a la adoración del sol.
- La confederación de los indios Guanes: formada por un subgrupo de los muiscas ocupaba las ollas de los ríos Suarez y Chicamocha y la mesa de Lérida en Santander.
Así conformada,
la cultura muisca era un estado en formación. Contaba con una clase gobernante
principal, secundada por otra menor, que regia unidades administrativas más
pequeñas (capitanías o parcialidades).
Según parece, al lado de los jefes
había un consejo tribal. Al morir un jefe de confederación, el poder lo heredaba
un sobrino, hijo de una hermana. Lo mismo ocurría con los caciques.
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